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domingo, 5 de abril de 2020

LECTURA

            Alonso Quijano, hombre de escasos haberes pese la relativa nobleza de su condición social, había perdido el juicio por efecto del mucho leer y mucho imaginar...

«El verbo leer como el verbo amar, no soporta el imperativo».

           




DERECHOS DEL LECTOR

El derecho a no leer, el derecho a saltarse las páginas, el derecho a no terminar un libro, el derecho a releer, el derecho a leer cualquier cosa, el derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual, la llama Pennac: a leer estupideces emocionantes cuando somos jóvenes, se podría decir), el derecho a leer en cualquier lugar, el derecho a hojear, el derecho a leer en voz alta, el derecho a callarnos.


Daniel Pennac. Como una novela  Barcelona: Anagrama, 1993



[...]Quién no recuerda como yo aquellas lecturas hechas en tiempo de vacaciones, que íbamos a ocultar sucesivamente en todas las horas del día que eran lo suficientemente apacibles e inviolables para darles asilo. Por la mañana, al volver del parque, cuando todo el mundo había salido a "dar un paseo", me deslizaba en el comedor donde, hasta la hora todavía lejana de almorzar, no entraría nadie más que la vieja Félicie relativamente silenciosa, y donde no tendría por compañeros, muy respetuosos de la lectura, más que los platos pintados colgados en la pared, el calendario cuya hoja de la víspera había sido recién arrancada, el reloj de pared y el fuego que habla sin esperar respuesta y cuya amable conversación vacía de sentido no viene, como las palabras de los hombres, a superponerse a las palabras que estáis leyendo. Me instalaba en una silla, cerca del pequeño fuego[...]

                                                                                                                                                                                                    M. PROUST


Aprendí a leer a los cinco años(...) Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d'Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu(...)La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura.                   Elogio de la lectura Mario Vargas Llosa




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